Soy parte de esas gotas
que caen
y aniquilan el suelo.
No me veo diferente a ellas.
Siento que aún
no entendemos nada
y elegimos sin saber
que es lo que pasa.
Veo esas hojas arder
en llamas azules,
rojas y verdes,
consumiéndose de más.
Y soy eso.
El suelo,
de barro ya,
hace que mis pies patinen
y mi cabeza
esté más cerca de la tierra.
La lluvia ablanda todo
lo que abraza,
y nos hace parte del decorado.
Los colores viven su fuerza.
La lluvia cesará
al igual que el fuego,
sólo quedarán las cenizas,
nosotros y algunos colores...
Teodoro Duarte