martes, 14 de diciembre de 2010

Dame un beso más...


No tengo nada para ofrecerte,
más que las alturas.
No es por alardear,
pero sé volar
por arriba del ocaso.

Es hora,
el sol ya cayó
y calló.
Nos dejó oír
como terminaba de amar
nuestra mañana.

Es hora,
todo muere
a nuestro alrededor
para renacer mañana
invicto.

Es hora,
ya dejamos
que nuestra desnudez
caiga encima
y nos haga tan fluctuosos
(Como solemos ser).

Es hora,
quiero todo de vos.
Quiero la guerra de tus labios,
el sol que emana de ellos
y no quema,
la lujuria de sentirte mía,
el suspiro eterno de tus ojos.

Es hora,
las puertas de la percepción
deben abrirse
y para que entre mi luz de día.

Hoy solo te pido eso,
un despertar
sin la exageración
de los otros días...

Teodoro Duarte.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Emprendimos el vuelo una madrugada fría con mi espalda sobre el cielo.

Matias Berrondo dijo...

Un poema que empieza siendo fuerte y se va debilitando hacia las últimas líneas. Me gustaron y me causaron una hermosa sensación algunas imágenes en particular.

No me odies, sabés que te amo.

Saludos!