Alma errante,
sombra penante.
Amante de un espejo
que no lo refleja.
Sumido en el polvo,
está parado y busca ayuda.
Exteriorizando sus adentros,
explota y revive en ella.
Vertiginosamente intenta salvarse.
Empuja desde afuera.
Inhala el humo de su muerte,
Está cerca de todo.
Embarazado de tristeza,
se cree inútil... Y lo es.
Conjuga oraciones al viento,
en busca de respuestas.
Espera encontrar esa voz amiga.
Buenos Aires reprime sus lágrimas.
Llega el otoño.
Noviembres,
que fueron fiestas,
hoy son inviernos. Lejanía.
Mallea, oscuro y extraño,
mentor de pocos.
Lee mis comas,
todas son "Yo",
y "Voz".
Salúdenlo,
está muerto hace días.
Todavía no sé da cuenta...
Teodoro Duarte
3 comentarios:
Hola "Teodoro"
Cómo andás?
"El amor es la compensación de la muerte"... al menos es consuelo!
El amor a los que quedan nos permite encontrar destinatarios para un afecto que se quedó sin dueño.
La poesía, muy buena
Te mando un abrazo desde Castelar
Juan (Nino)
hacele caso a nino que sabe de lo que habla
Nino me vió llorar... Él sabe de lo que habla...
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