Estoy soltando una pena,
algo que está arañado en mi pecho,
dejarlo caer será imposible...
Intentemos desprenderlo.
Quiero que no madure,
más mi pecho ya no es fértil.
Dejaré que se desprenda,
haré todo lo poco que pueda para que esto termine...
Quiero dejar de corromperme,
volar y sulfatar el cielo.
Dejarme vencer
por una mano amiga,
abrazándola y amándola con mi carne.
Lograr que Trafalgar se acerque a mis orillas,
y echar a correr cuando el viento golpee nuestras mejillas.
El ocaso se convertirá en noche,
y el caos serán tus labios.
Y cuando me llene del néctar de tus sentimientos,
volar hacia el día, con mis alas de cera
como Ícaro, caeré y seré eterno.
Cuando piense que está todo acabado,
renaceré para ser luna,
sol y tierra,
verte parir años antes,
misceláneas extremidades recorren tus pelos
llenos de rastas,
y me siento abstracto. Claridad y tiempo.
Teodoro Duarte
3 comentarios:
Así como Vulcano fabrica las armas de Aquiles para su combate, Teodoro Duarte fabrica la dialectica para ganarle a las deshoras.
jajajaa, el tipo venia de clásico y terminó con las rastas.
igual a pesar del guiño hacia lo contemporáneo, no deja de pretender una estética neo neolásica
que se yo. para leer mientras tomas el té con brownies va como piña.
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