martes, 30 de julio de 2013

Ese monstruo horrendo.


Te encuentro escondida
tras las montañas del mundo
donde arden los fusiles
y el pasto no crece.

Ahí, te pierdo
ante toda la atrocidad humana
te pierdo yéndote hacia adentro
corriendo rumbo al sur
donde encontrar la paz
negando todo lo humano,
lo humano en la batalla
y el hombre eliminando al hombre.
Lo rotundo de la muerte que nos persigue,
el espíritu de las bombas
liquida la carne
el espíritu de las armas
convierte lo verde en masa gris.

Te veo correr
atemorizada por las ráfagas de luz
llorando y puteando
mientras las balas matan a los hombres
mientras los hombres caen sin vida
sobre algunas lágrimas que cayeron
y el barro prendido fuego
las creencias que se vuelven nada
el amor que tapa los ojos
los sueños que revientan en el pecho
todas las ilusiones pérdidas.

Ayer fue el día más hermoso, me dijiste.

No puedo entenderte
mientras intentas escapar del mundo
que te tiene prisionera,
recogiendo flores muertas buscas belleza
y yo veo que ya todo se deteriora en la mano
quisiera que entiendas: El mundo es de los vivos.

Aunque te vayas, será demasiado tarde
el monstruo reside en la gente
y lo eterno en los recuerdos.
Tomá mi mano y llevame
dejá toda mi esencia en este lugar
donde las explosiones limpiaron mi alma
y mi carne fue desmembrada.

Corré aterrorizada tras ver al amor sucumbir
ante el poder del hombre
y al monstruo desaparecer dentro de las llamas.

1 comentario:

Unknown dijo...

Muy bueno querido Danilo! Quién pudiera incendiar así todos sus monstruos!

Saludos Abismales.