martes, 24 de mayo de 2011

Fuego bajo la lluvia.


Soy parte de esas gotas
que caen
y aniquilan el suelo.

No me veo diferente a ellas.

Siento que aún
no entendemos nada
y elegimos sin saber
que es lo que pasa.

Veo esas hojas arder
en llamas azules,
rojas y verdes,
consumiéndose de más.
Y soy eso.

El suelo,
de barro ya,
hace que mis pies patinen
y mi cabeza
esté más cerca de la tierra.

La lluvia ablanda todo
lo que abraza,
y nos hace parte del decorado.
Los colores viven su fuerza.

La lluvia cesará
al igual que el fuego,
sólo quedarán las cenizas,
nosotros y algunos colores...


Teodoro Duarte

2 comentarios:

Unknown dijo...

Siempre sentí que somos parte de eso, parte de la vida. La lluvia cae para avivar la naturaleza misma.
Todo lo que trae vida ablanda un poco a nosotros, al igual que un abrazo (como la unión entre dos personas, una unión que va más allá de la forma física y que va cargada de sentires. Me interesan los sentires). Nadie puede robar algo si hay consenso de eso, si hay aprobación. No importa a quién pertenecía, todos somos parte de la misma energía llamada Tierra. Nadie puede robarse algo que nunca va a pertenecerle, así como las personas no nos pertenece la lluvia tampoco.

Todos somos fuegos, esa energía vive en nosotros. Algunos ardemos con más intensidad...

Matias Berrondo dijo...

y algunos nacen quemados...

me gustó este poema. creo que usás la voz adecuada.

somos parte de todo, con todas las contradicciones que esto implica. y todo convive con todo, y todo se muere y renace.

"La lluvia ablanda todo
lo que abraza,
y nos hace parte del decorado."

muy bueno