miércoles, 19 de enero de 2011

Perro solo





Amanecí roto
nuevamente,
mojado
por la lluvia
que el sol matutino
evapora
e inunda en sed.

El día comienza,
los autos y sus bocinas,
la luz en mi cara,
los transeúntes y su neurosis,
los golpes y corridas.

Aún no termino de recordar
que me sucedió anoche,
alguien me habrá golpeado.
Este dolor en la costilla
no me deja respirar con fluidez.

Nadie conoce mi nombre,
todos saben de mi dolor,
y no existe quién me oiga.

La desesperanza me invade
día a día, caminando
entre miradas indiferentes.

La posibilidad de morir está
en muchos momentos de mi día,
de mi noche, de mi vida.
Ya no sé si quiero escapar de eso.

Tengo hambre,
como todos los días
aplaca mi ser,
busco algo que comer.
Más de una vez sufrí un golpe
por intentar comer
lo que ellos desechan,
todavía no entiendo el por qué.

No recuerdo cuando nací,
sólo sé que desde que lo hice
estoy vagabundeando,
de aquí para allá,
corriendo para no ser asesinado.


Mi vida es insignificante
para muchos,
y es lo único que tengo.

Espero seguir
hacia el camino correcto...


Teodoro Duarte.

lunes, 10 de enero de 2011

Octubre (Átame al respaldo de tú cama)

Prometo gemir
de placer
y dejar el dolor
de lado.

Mis ojos
llenos
de lágrimas
por la excitación,
dejaron el temor atrás.

Deseo que me domines,
atado
al respaldo de tu cama
viendo
como tu navaja
oscila
encima
de
mis
bragas.

El infierno
se apoderó
de nosotros
esta noche, y
me siento
en el paraíso
ligado a tus ojos
enfrentados
a los míos,
atrayéndose
por la profundidad
de las pupilas
dilatadas.

Ruego penetrarte
mientras
estás dominándome.
Me alejas
con tu mano derecha
sobre mi
pecho galopante,
siento el calor
que ofrecen
tus dedos.

Veo tu tez blanca
sobre mi oscura piel
y siento
el ocre del ocaso
plasmado entre
nuestros torsos
desgarrados
de fogosidad.

Mis muñecas sangran,
mis brazos están exhaustos,
mis ojos dejan caer lágrimas.

El fulgor
nos acorrala
en el callejón
de nuestro sexo,
los labios en fuego
se unen y estrellan
entre su salvia
llena de regocijo.

Me extravío
en el roce,
te penetro sin mesura.

Veo tu cara, gimiendo,
inundada de placer.

Nos
hacemos
carne
y fuego,
nos consumimos en el ser.

Somos eternos,
mis poros sangran...

jueves, 6 de enero de 2011

No festejamos victorias

Pasó tiempo ya,
la guerra hizo
estragos
y se fue.

Las bombas
frías y almacenadas.
Los chalecos
son usados para galas,
ya todo descansa
y deja de morir.

Años enteros
nos han dejado
sequías y hambre.
El sur no existe,
y nuestro Dios
nunca mostró su sonrisa.

Nuestra realidad
es nuestras mentiras
"Pudimos haber muerto todos",
se repite una y otra vez,
aterrados de pensar en desaparecer
buscamos refugio en nuestras voces.

Todavía huelo
el pestilente perfume
que emanan los cadáveres.
No podemos celebrar
las bajas de nadie,
pero estamos contentos
de vivir, y seguir vivos,
llorando a los que ya no están.

Aunque nuestras esperanzas
sigan sangrando,
seguimos parados
viendo los dibujos
en las paredes destruidas,
cargados de lágrimas
y cayos perpetuos
en nuestras almas.

Hace tiempo
nuestras heridas
fueron cerradas,
las cicatrices se hicieron carne...


Teodoro Duarte