miércoles, 14 de septiembre de 2011

Buscando el cielo eterno

Una sonrisa cae a pedazos
sobre un suelo
gris
de asfalto
cansado de latir
desesperanzas.

Un septiembre rojo
empaña toda lágrima
que vuela
al viento
y se hace carne de súplicas.

Una y otra vez empujamos
nuestros cuerpos,
cansados de tanta metrópolis encima,
buscando llegar
cinco
minutos
antes
para poder idiotizarnos
frente a la pantalla.

Queremos comer asados
(Todos los putos días, anhelamos ser diferentes)
olvidándonos de todo aquel que se deja sentir.

Llega la noche y los miedos...

Miramos el techo,
al lado de una persona que no sabemos amar.
Otra vez
vuelven los recuerdos de infancia
y añoramos en silencio
la juventud que perdimos hace tiempo.

Sentimos que todo se desmorona en nosotros.

Deseamos, antes de cerrar los ojos
no despertar jamás y
al fin llegar al cielo que tanto ansiamos.


Teodoro Duarte.




jueves, 8 de septiembre de 2011

Barro sobre su boca sangrada.

Una sonrisa abierta en resurrecciones
parte la cara de Ilario Zamora
y lo envuelve de velo azul.

Un suspiro negro
será el último en su letargo
de vida austera como pocas
enfrentando a la inmundicia de ser pobre.

Marcada su cara en años
limosnas esquivadas,
la noche que lo conmueve en pena,
siempre siendo un paria hasta para amar.
Hasta amando se refugió en tierra.

Y sus manos son pies en el sueño,
haciéndolo conforme del pan de cada día
que un dios muerto le promete constantemente
cegándolo de sensaciones libres y auténticas.

Todo en su vida lo hizo perderse
en oscilaciones,
por no decirle pensamientos estúpidos.

La tierra en su saliva ya se hizo barro
de tantas masticadas dejó atrás lo dulce,
encontrándolo de lleno
con todo aquello a lo que teme...


Teodoro Duarte

martes, 6 de septiembre de 2011

Ave fénix

Sus manos vuelan
en fuego
en la noche llena de chispas,
que se poza sobre nuestros cabellos.

El aire se hace ceniza
en aguda sintonía
con el fervor de la tierra roja
en llamas revestida.

Y esa luz que ilumina nuestros rostros,
el arquetipo de nuestro sentir
fluctuando en el limbo.

Caen plumas naranja
sobre tus pies
y al tocarlos se vuelven polvo
del olvido.

Vemos su vuelo
rasgando el cielo eterno,
replegándose sobre nuestras cabezas
y su inmenso cuerpo
consumido de belleza.

La materia se hace parte de los sueños,
una estela prende fuego el aire...



Teodoro Duarte