viernes, 9 de abril de 2010

5 segundos

"El tiempo es una cierta parte de la eternidad" Cicerón



De vez en cuando he confundido las circunstancias con acontecimientos. Que inerte de sentimientos me siento ¿Qué intercepción o ruptura hace que estos dos hechos se distorsionen?

Justamente en el momento en que pasa todo en un abrir y cerrar de ojos, donde nace sin antelación y anticipación, donde todo transcurre en un devenir indefinido, en donde nosotros dejamos de contar las circunstancias, decayendo en la retórica idea de que los acontecimientos están pactados gracias a determinado rejunte de factores, y que llevan a que la acción principal se lleve a cabo.

Resulta triste y hasta inverosímil la idea de que pensar en que el destino deposita todo su manto sombrío sobre mi psiquis, y que juega a ser espectador de mis actos mas mediocres.

Es un absurdo verme situado en una parábola de tiempo en la que nuestras circunstancias se hayan unido en un acontecimiento conceptual; que el observador, únicamente, he sido yo.

Todavía una sensación extraña recorre mi cuerpo: espasmos, escalofríos, temblores, y quien sabe que otra cosa. Sumergido en estas hojas y escuchando Iggy Pop, no quiero levantar la mirada, lleno de temor y con el sentido en el cuerpo de otro ser, como un niño frente a una pistola.

Siempre concebí al amor como una construcción y no como un sentimiento, hoy siento que todo es una mentira, ideada para conllevar algo que nos pesa mas que una mochila; pienso que el amor es todo aquello que no puede tener fin y espera explotar, aunque mas de una vez, de tanta contracción, termina siendo tan inerte como una piedra en medio del agua.

Intento substraerme de pensar en lo sucedido y sigo viéndola, subiendo las escaleras, con su campera azul y su pollera negra, el pelo recogido y los ojos fríos y fijos hacia un punto referente a su destino.

La veo caminar firme, y ella no lo nota, en breves segundos se marcha de la escena, dejando una estela de sensaciones en el aire y mi pecho lleno de tantas circunstancias…



Teodoro Duarte

2 comentarios:

Toolerate dijo...

y mi pecho lleno de tantas circunstancias...

y mis pupilas llenas de tantas sustancias...

Karl Lazaro dijo...

5cm por segundo, la velocidad en que caen las flores del cerezo

:D