Quizás llegue ese momento
colmado de suspiros
que recorran mis recuerdos
llenándolos de lejanías
materializándome en las pupilas de tus ojos.
Quizás me vuelva el espectro
que bautice tus noches
apagándolas en silencio,
incrementándolas en horas
que se volverán eternas.
Y seas vos la que agonice
en memorias impías,
colmadas de lágrimas taciturnas
desnudas de inocencias, benevolentes,
calmas, etéreas.
En el éter me consumiré,
volviéndome la roca que intento esquivar.
Siendo eso que te recoge en pensamientos
alejándote de agonías
abstrayéndote de sonrisas que se volverán arena.
Así nos secaremos en el papel.
Perdidos. Buscando ese oasis
que devuelve el alivio dentro de tanta sed.
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