Te esperé siete horas
entre las sábanas convertidas en arena,
mis plumas lloviendo por doquier
anidando lágrimas en mi lecho
que irradia soles que recorren la noche.
Transité el aire con mi espada de orquídeas
cortando cada hoja de vacío y destruyendo mi universo
que se aloja a mi alrededor.
Derramaré predicamentos en el piso tornándose en barro
bajo mis pies, vive el infierno en cada paso
y me convierte en sombra de lo que soy
infimamente me sitúo en el pasado de mi carne.
Me aburro de estar escribiéndote esto,
mientras te espero situado en el rincón más profundo de mi cama,
ansioso por tu llegada oscurecida en noche
y reposo atemorizado sin poder moverme
recorriendo mis sueños
extrañamente voy a conocerte antes de que vos vengas
y acá te dejé mi nota de despedida.
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