El mundo se cansó del mundo, hermano mío
y nosotros estamos tan lejanos
que no podemos percibir la tristeza.
Aún te recuerdo aniquilar dimensiones
con los ojos extraviados, escuchando Pink Floyd,
mientras te agujereabas los sesos con pensamientos
que te inundaron hasta enloquecer
y hacerte sentir la vida que explota a tu alrededor
dejándose consumir por la inquina del universo atroz que la rodea.
Miraste desde cerca mi resurrección de fuego
y fuiste marcado por las llamas
quemándote los brazos hasta las cenizas.
Te busqué interminables años, en el cielo eterno,
queriendo encontrar la humanidad que te recorrió
y encontré la nada envolviendo tu integridad,
lloré durante eternidades sin poder derramar lágrima alguna
convirtiendo tu recuerdo en sal.
Escribimos una brevísima historia del tiempo
y la destruimos, para empezar a contarla de nuevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario